El síndrome del ‘cuidador quemado’ hace referencia al agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que sufren las personas que atienden a otros de forma directa. Estado muy habitual en las personas que conviven y cuidan a una persona dependiente.
Al ser mayor el número de familias que deben asumir el rol de cuidadoras, aumentan los conflictos dentro de la familia, afectando su salud psíquica y calidad de vida.
A menudo, los cuidadores pueden sentirse frustrados por descuidar sus necesidades. La situación los absorbe y se ven obligados a dedicar menos tiempo a sus seres queridos, o a dejar de hacer las cosas que les gustaban.
Los efectos negativos del síndrome del cuidador quemado engloban el estrés crónico, el agotamiento emocional, el cansancio, la ansiedad, los problemas de sueño, la frustración y el aislamiento social; no solo por la nueva tarea encomendada, sino por el desconocimiento de cómo llevarla a cabo.
Aspectos del autocuidado del cuidador
María José Ros, psicóloga sanitaria, desglosa los aspectos que debemos de tomar en cuenta en el autocuidado:
- Cuidar el cuerpo: tener una buena higiene del sueño, comer de forma saludable, hacer ejercicio con regularidad, y/o practicar meditación son actividades aliadas para reducir la ansiedad.
- Cuidar las emociones: reconocer y aceptar los propios sentimientos sin juzgarlos para poder compartirlos y gestionarlos. Dos de las emociones más frecuentes entre los cuidadores son la culpabilidad y la tristeza. También hay que intentar encontrar motivos de alegría.
- Cuidar los pensamientos: los cuidadores pueden tener pensamientos repetitivos inevitables, causando angustia por la anticipación a posibles situaciones no deseables. Vivir el día a día, evitando el catastrofismo, favorecerá una mayor gestión de esta sensación.
- Cuidar las relaciones y mantener la vida social: buscar apoyo familiar y social ayudará a evitar el aislamiento del cuidador. Pedir ayuda no es síntoma de debilidad y aceptarla tiene una gran utilidad como herramienta terapéutica.
- Cuidar de las actividades de ocio: realizar actividades placenteras ayuda a fomentar la concentración, la relajación y aumenta el conocimiento. Una vida saludable para el cuidador debe incluir el permitirse la práctica de actividades de ocio, disfrutando de momentos de libertad y desconexión.
Familia Cuidando
Para ayudar a los familiares que deben afrontar el cuidado de personas mayores en el entorno del hogar, la Fundación FADE ha puesto en marcha el proyecto ‘Familia Cuidando’, con el apoyo de la Consejería de Política Social, Familias e Igualdad de la CARM.
El proyecto tiene como objetivo dar formación de calidad a las familias que deben de realizar esta tarea, fomentado las competencias y el desarrollo de habilidades que necesitan para cuidar a la persona mayor, buscando su excelencia y bienestar físico y emocional, desde una perspectiva integral, sin dejar a un lado el autocuidado.
En este contexto, FADE ha realizado tres ciclos de formación impartidos por profesionales de enfermería, fisioterapia y trabajo social, sumando un total de 116 personas participantes. Los talleres abordaron temas como: la nutrición, la higiene postural, los síndromes geriátricos, las medidas de actuación para urgencias en el domicilio, la corresponsabilidad, el autocuidado y los recursos sociales e institucionales para cuidadores.
Consultoría para cuidadores
La Fundación ofrece, además, un servicio de consultoría personalizada sin costo, atendido por María José Ros, psicóloga sanitaria, para gestionar los conflictos que puedan surgir en los ámbitos del cuidado. Ya sea a través de consejos prácticos, estrategias de manejo del estrés o información sobre recursos, nuestro objetivo es facilitar las herramientas y los conocimientos para ser un cuidador excelente y mejorar la calidad de vida de la persona mayor.
Para solicitar este servicio se puede contactar con Fundación FADE y pedir cita previa a través del teléfono 868 940 204 / 601 168 805, en el correo proyectos2@fundacionfade.org o en el formulario de www.fundacionfade.org.