Desde el CAVI (Centro de Atención Especializada para Mujeres Víctimas de Violencia de Género) del Ayuntamiento de Cartagena, sito en la Concejalía de Igualdad, queremos visibilizar la percepción del ‘no riesgo’ de la mujer al permanecer en una relación de violencia.
A través de la campaña del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia, recordamos las palabras de la hermana de Raquel, la mujer asesinada por su expareja el 4 de septiembre en Alzira. “Mi hermana siempre decía: ‘No, a mí no me va a hacer nada, ¿qué me va a hacer?’. Nadie se esperaba esto”. La hermana de Raquel lanzaba estas declaraciones durante la concentración de repulsa en Carcaixent, el municipio donde vivía.
Uno de los asuntos sobre los que alerta el Ministerio tiene mucho que ver con las palabras de la hermana de Raquel: la existencia de momentos de especial riesgo para las víctimas; un riesgo que, sin embargo, ni quienes sufren la violencia ni la sociedad, en general, tienen lo suficientemente calibrado.
‘No es tan grave’
La Macroencuesta de Violencia de Género muestra que más de un 30% de mujeres no denuncia porque no considera la violencia que sufre “lo suficientemente grave”. Según Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, esa “percepción distorsionada” del riesgo es, por tanto, una responsabilidad compartida de toda la sociedad.
El experto confirma que, puesto que el objetivo de la violencia es el control, si los agresores sienten que lo pierden, el riesgo se dispara. “No sabemos cuál puede ser el punto exacto de cada agresor, pero sí sabemos que muchos actúan cuando creen que la mujer no va a volver, o cuando les dicen que les van a dejar. Recoger las cosas de casa o la separación en sí pueden ser factores de riesgo”.
El Síndrome de Adaptación Paradójica a la Violencia
La psicóloga Sabina Deza Villanueva explica la percepción distorsionada del riesgo que experimentan las mujeres que sufren violencia de género con su pareja a través del Síndrome de Adaptación Paradójica a la Violencia (SAPVD); nos habla del paradójico vínculo afectivo entre la mujer víctima con el maltratador, “llegando a asumir las excusas esgrimidas por el agresor tras cada episodio de violencia y aceptando sus arrepentimientos”.
Se describe el SAPVD como un conjunto de procesos psicológicos que, por medio de la respuesta cognitiva, conductual, fisiológico y emocional, culmina en el desarrollo de un vínculo interpersonal de protección entre la víctima y el agresor (Montero, 2001), es decir, la mujer crea un vínculo afectivo con su agresor que impide abandonarle o denunciarle, justificándolo y/o defendiéndolo, desarrollando un tipo de estado disociativo que le llevaría a negar y/o minimizar la violencia del agresor, identificándose con las ideas y con las creencias de éste.
