Prolongar los alimentos triturados o purés en niños, ¿un riesgo?

Si necesitas ayuda para transitar de triturados a sólidos, prueba con nuevos alimentos, o acude a un nutricionista infantil especializado

La introducción de alimentos sólidos es un hito importante en el desarrollo del niño. Es un momento en el que se expone a nuevos sabores, texturas, sensaciones y emociones. Sin embargo, en ocasiones los padres pueden optar por prolongar la alimentación con alimentos triturados o purés para que el niño coma más, o por el miedo a que no coma o al atragantamiento.

¿Cuáles son los riesgos?

  • Reducción de la exposición a nuevos sabores y texturas: los alimentos triturados o purés tienen un sabor más homogéneo. Esto puede dificultar la exposición del niño a nuevos sabores y la aceptación de alimentos diferentes en el futuro. Así como no ser consciente de lo que come. Es necesario que vean su formato original para familiarizarse.
  • Reducción de la masticación: los triturados o purés requieren menos masticación, lo que puede incidir en el desarrollo de los músculos y huesos de la boca. Esto puede afectar a la capacidad de hablar, deglutir y masticar alimentos sólidos.
  • Aumento del riesgo de caries: los triturados o purés son más pegajosos que los alimentos sólidos, lo que los hace más difíciles de eliminar de los dientes. Esto puede aumentar el riesgo de caries, especialmente en los niños pequeños, que aún no tienen todos los dientes permanentes.

Consejos para evitar riesgos con purés y alimentos triturados

  • Ofrecer alimentos sólidos desde el principio: puedes empezar a ofrecer alimentos sólidos a tus hijos a partir de los 6 meses. Es importante ofrecer una variedad de alimentos sólidos, con diferentes sabores, texturas y colores. Siempre con formatos seguros evitando alimentos redondos o duros por riesgo de atragantamiento.
  • No triturar los alimentos demasiado: usar más el tenedor que el batidor. Los niños deben poder masticar los alimentos, incluso si son pequeños. A los 9 meses máximo iniciar con alimentos que ellos puedan coger con sus manos.
  • Ofrecer alimentos sólidos a la hora de comer: esto les ayudará a desarrollar el hábito de masticar y a aprender a disfrutar de los alimentos sólidos. Y también ofrecer en esa misma comida alimentos chafados con tenedor para que se familiaricen con las diferentes texturas.

Hay que dejar de normalizar que niños con 18 o 24 meses o más continúen comiendo todo triturados. A los 3 años un niño ya debe de tener un patrón de alimentación establecido y normalizado, con una variedad de alimentos y texturas durante el proceso de comer.

Los adultos son los responsables de desarrollar un estilo de vida saludable para toda la familia. Si necesitas ayuda para transitar de triturados a sólidos, prueba con nuevos alimentos, o acude a un nutricionista infantil especializado.

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