Los calambres causados por el calor son frecuentes. En condiciones fisiológicas normales, el cerebro adecúa y regula la temperatura interior, compensando tanto la producción como la pérdida de calor. Es un perfecto sistema de homeostasis. La homeostasis es la capacidad dinámica de los organismos vivos de mantener su medio interno en condiciones constantes. Es un sistema permanente que autorregula los sistemas físicoquímicos, asegurando el bienestar de los tejidos y sistemas corporales.
El cerebro, coordinando a los diferentes sistemas (sistema nervioso periférico, endocrino, respiratorio, renal y la barrera cutánea) regula la temperatura corporal y compensa la producción y la pérdida de calor. Aunque producimos calor en cada reacción de nuestro metabolismo, el cuerpo lo regula perdiendo ese exceso bien por evaporación del agua (el sudor), bien por radiación, por conducción o por convección.
Calambres por calor
Los calambres son espasmos musculares agudos que sufren las personas sanas en momentos de descanso, debido al calor extremo y la sudoración, por pérdida de líquidos y electrolitos. Para una adecuada contracción muscular, se debe mantener el equilibrio adecuado de los minerales corporales, esencialmente calcio, magnesio y potasio.
El potasio es un mineral esencial no solo para el bienestar muscular sino también para regular el pH corporal y para el equilibrio hídrico, favoreciendo la eliminación del exceso de sodio y evitando la retención de líquidos. El potasio se encuentra en acelgas, cardo, coles, espinacas o perejil, en el aguacate y el plátano, pero también en la carne, en los cereales, en los garbanzos, en los higos secos o en la leche.
Esta pérdida de líquidos y electrolitos puede tener efectos negativos como lipotimias, por bajadas de la tensión arterial, pero también los desagradables y dolorosos calambres musculares en las pantorrillas, los pies o en las manos.
Personas mayores
Mantener un adecuado control del enfriamiento del cuerpo es más difícultoso en personas mayores, ya que su capacidad de regular la transferencia de calor puede estar reducida, acarreando una deficiente regulación de los mecanismos de compensación. Las causas pueden ser:
- El envejecimiento y falta de control de los sistemas cardiovascular, hepático, renal, respiratorio o nervioso.
- La pérdida de glándulas sudoríparas.
- La interferencia de medicamentos, como los diuréticos, que aumentan la pérdida de líquidos por orina.
- La pérdida de la sensación de la sed o la mala costumbre de no tomar la cantidad diaria mínima de líquidos necesarios.
Prevención de calambres
Para prevenir los calambres estivales se debe usar ropa fría, ligera y amplia confeccionada con tejidos naturales que permitan la transpiración, como el algodón.
Se recomienda evitar hacer ejercicio en horas de calor (y menos con exposición al sol), humedecer la piel frecuentemente, seguir bebiendo líquidos aunque se haya saciado la sed, no consumir ni refrescos alcohólicos ni con cafeína, tomar bebidas isotónicas y agua con sales y con limón, además de caldos fríos o calientes, como gazpacho o zumo de tomate.
Y una vez producido el calambre, se recomienda serenidad, tratar de estirar el músculo contraído, aplicarle frío y beber agua con una cucharada de sal.
