Cáncer de mama: prevención y supervivencia

Los avances de las investigaciones han conseguido diagnósticos precoces y fármacos sofisticados

Una de cada tres mujeres padecerá cáncer a lo largo de su vida. En España, en el colectivo femenino, el cáncer de mama es el tumor más diagnosticado.

La mama es un órgano glandular con 15 a 20 lóbulos divididos en lobulillos. Además de grasa y de tejido conjuntivo, contiene glándulas productoras de leche, conectadas por conductillos galactóforos, que conducen la leche. Cuando las células de los conductos o de los lóbulos mamarios se multiplican de forma descontrolada, se desarrolla el cáncer de mama. Estas células malignas se dividen rápidamente, siendo capaces de invadir los tejidos cercanos y los ganglios linfáticos de la vecindad, con la capacidad de metastatizar a otros órganos.

Así, sin apenas síntomas, el tumor puede dispersarse por todo el cuerpo y causar la muerte.
Sin embargo, en el cáncer de mama, la prevención y el diagnóstico precoz son vitales y sinónimos de supervivencia.

Prevención

Cuando el cáncer de mama está comenzando a desarrollarse y permanece localizado en una zona de la mama, no es mortal. Como suele comenzar sin dar señales evidentes, es preciso detectarlo precozmente para diagnosticarlo, tratarlo y sobrevivir. Si no se detecta en estadios iniciales, las células cancerosas invaden el tejido mamario cercano, produciendo enrojecimiento y nódulos y pudiendo invadir ganglios y metastatizar.

Es prioritario informar y enseñar a las niñas y a las mujeres como detectarlo precozmente. Se debe conseguir que, de forma rutinaria, se autoobserven y se autoexploren las mamas y las axilas (donde se localizan los ganglios linfáticos). Los signos de un proceso incipiente son: cambios de color local de la piel, con o sin descamación, de la mama o del pezón, hinchazón excesiva de una parte de la mama, aparición de hoyuelos o de un bulto indoloro en la mama o en la axila, o secreción o sangre en los pezones. Cuando se detecte alguno de los signos se debe acudir inmediatamente a la consulta médica.

Aunque la mayor parte de los bultitos en las mamas no son cáncer, si lo fuera, el tratamiento en estadios incipientes es curativo.

Factores de riesgo del cáncer de mama

El mayor factor de riesgo es ser mujer, ya que los varones que lo padecen no superan el 1% de los casos de cáncer de mama. El segundo factor de riesgo es la edad: a los 30 años la probabilidad es de 1 cada 200 personas, pero a los 70 años de 1 cada 25.

Sin embargo, existen otros condicionantes como los antecedentes familiares, la obesidad, el consumo elevado de alcohol o tabaco, haber estado expuesta a radiaciones ionizantes o a tratamientos hormonales incontrolados.

Por otro lado, aunque menos numerosas, las mutaciones genéticas de algunos genes de alta penetrancia se transmiten de madres a hijas. En estos casos, existen estrategias para reducir el riesgo, como la extirpación quirúrgica profiláctica de ambos senos, que popularizó Angelina Jolie.

No obstante, reconociendo la combinación de riesgos, existen tratamientos personalizados y marcadores tumorales que perfilan el diagnóstico precoz.

Tratamiento

No hay un único tipo de cáncer de mama. Y se expresa de forma diversa en cada persona. Por ello, los tratamientos son personalizados Dependiendo de cada caso, se combina la cirugía, la radioterapia para reducir las recidivas y los fármacos, que cada vez son más refinados y complejos, dirigidos a dianas concretas y con menos efectos secundarios.

Supervivencia del cáncer de mama

El de mama es el cáncer de mayor prevalencia mundial. En 2020 afectó a 2,3 millones de mujeres. Pero, aunque casi 700.000 fallecieron, casi 8 millones habían superado los tratamientos y seguían vivas cinco años después.

Hasta los años 70, el tratamiento fue la extirpación de los senos pero, a partir de los años 90, cambió la tendencia al instaurarse campañas de detección precoz que, junto al incremento de inversión científica, explorando sus causas, se desarrollaron nuevos tratamientos integrales. Los avances de las investigaciones han conseguido diagnósticos precoces y fármacos sofisticados que, combinados con la inteligencia artificial para realizar predicciones, han cambiado el pronóstico.

No obstante, sin lugar a dudas, la prevención es esencial. Conocer los factores de riesgo y evitarlos, ser capaces de detectar el proceso tumoral en su inicio, realizar controles periódicos y seguir pautas de vida saludable, son la base en la lucha contra el tipo de cáncer de más alta frecuencia en el sexo femenino.

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