El envejecimiento es una etapa en la que hay que gestionar una serie de transformaciones, no solo físicas sino también emocionales. En ocasiones, las limitaciones propias de esta edad pueden transformarse en irritabilidad y mal humor. Cuidar a los mayores que experimentan una constante irritabilidad es todo un reto que requiere paciencia, cariño y atención individualizada. TK Home Solutions apuntan algunas consideraciones a tener en cuenta:
- Comunicación empática. Mantener una buena comunicación desde la empatía es la base para conseguir conectar con los mayores. La escucha activa es esencial. Hay que prestar atención a las preocupaciones que expresan en voz alta e intentar interpretar las emociones subyacentes.
- Tener paciencia. Los mayores pueden necesitar más tiempo para expresar sus sentimientos. Hay que permitir que hablen a su ritmo, sin interrupciones, para poder detectar qué es lo que necesitan. Ante una respuesta emocional intensa no hay que reaccionar negativamente, sino crear un espacio seguro donde puedan expresarse sin sentirse juzgados.
- Atención a los problemas de salud. El manejo del dolor crónico es fundamental para mejorar el bienestar general del mayor. Es necesario colaborar estrechamente con los profesionales de la salud para tratar el malestar de manera efectiva, lo que implica tanto el uso de medicamentos como de las terapias recomendadas, según cada necesidad.
- Proporcionar jornadas de descanso. Disfrutar de un sueño saludable es crucial para reducir la irritabilidad y el mal humor. Hay que establecer rutinas nocturnas que fomenten un ambiente propicio para el descanso, y lograr que el dormitorio sea un lugar cómodo y tranquilo para mejorar la calidad del sueño del anciano y hacer que se sienta a gusto. Además, puede ser necesario abordar problemas específicos, como la apnea del sueño.
- Estímulos sociales. Fomentar la participación en actividades de grupo es una estrategia efectiva para contrarrestar el aislamiento social y desterrar el aburrimiento y el mal humor. Tener tiempo de ocio con otras personas estimula la mente y aleja la sensación de soledad, por lo que hay que animar al anciano a que acuda a centros de día, que realice ejercicio físico adaptado a sus posibilidades o que disfrute de clases en un área de su interés, como música, lectura o pintura.
- Actividades familiares. La familia desempeña un papel crucial para lograr que el mayor se sienta feliz. Hay que programar visitas regulares y facilitar la comunicación del anciano con familiares y amigos, construyendo así una red de apoyo emocional a su alrededor que puede levantar su estado de ánimo en caso necesario.