La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA Murcia) ha presentado su proyecto- demostración para cambiar el panorama del Campo de Cartagena y del Mar Menor, haciendo frente al desafío de la desnitrificación agrícola y las algas en balsas de riego con un nuevo aditivo tecnológico ecológico con un nuevo fertilizante.
Este fertilizante, llamado FERTIZEL, está desarrollado con zeolitas, minerales que, si se aplican al campo agrícola, permiten que esta práctica se lleve a cabo de una manera más orgánica y natural sin perder la productividad, ya que mejora la fotosíntesis, aumentando la producción y la vida útil de la fruta u hortaliza, lo que a su vez permite que mejore la exportación.
Esto se conoce como bioestimulación, es decir, hacer que las células madre de las plantas aceleren el proceso para tener la producción antes, mejor y de mayor calidad.
Beneficios del fertilizante FERTIZEL
Los beneficios que tiene el proyecto multipropósito son varios. Entre ellos destaca, además de aumentar la producción y la calidad del fruto, que este producto se aplica a nivel de la planta, no del suelo, por lo que se evita, de esta manera, el impacto sobre el acuífero y otras contaminaciones difusas.
A nivel del productor agrícola, la regeneración que supone este fertilizante evita, en caso de daños en la producción como puede ser el paso de una DANA, tener que talar y esperar varias temporadas para volver a tener resultados. Con la ecofertilización se produce una recuperación de la producción en unas pocas semanas.
Otro punto del multipropósito de este proyecto es la atención al riego. Existen más 17.000 balsas de acopio de agua en la Región de Murcia que están expuestas a los medios naturales y sus contaminaciones.
Con este fertilizante se renaturaliza el agua para que se convierta también en nutriente. Por otra parte, al reducirse la salinidad del agua por no pasar por depuradoras, no se produce un estrés osmótico, que se origina cuando la raíz del cultivo está expuesta a demasiada sal, lo que provoca que su poro se cierre y no pueda tomar los nutrientes. Esto evita una reducción de la producción y de la turgencia de la misma, ya que esta depende de la cantidad de agua que el fruto pueda retener.
La bioestimulación del agua puede reducir un 18% la necesidad de este líquido porque no se evapora y lo aprovecha la planta.
En el Mar Menor
Esta práctica, que se ha aplicado este fertilizante en balsas de acopio, se puede utilizar sobre el Mar Menor para su limpieza, ya que permite oxigenar las bacterias presentes en su superficie, provocando que estas viajen hasta el fondo de la laguna y realicen su tarea de eliminar residuos.
