El envejecimiento es una etapa vital inevitable. Para algunos, desde una visión exclusivamente nihilista, puede suponer solo una época de declive previa a la muerte. Para otros, afortunadamente, es una época de vivencias intensas precisamente por haber vivido tanto previamente. En cualquier caso, el proceso de envejecimiento es, al menos, la suma de factores biológicos, psicológicos, emocionales, sociales y espirituales.
Desde un punto de vista meramente biológico, el envejecimiento estará en parte condicionado por nuestros hábitos de vida más o menos saludables. Uno de ellos es la actividad física, el hecho mover el cuerpo de manera regular. Su contrario patológico es el sedentarismo, una de las epidemias del siglo XXI, y uno de los factores de enfermedad cardiovascular. Para prevenirlo hay que hacer ejercicio físico.
El ejercicio físico más conocido es caminar periódicamente. Durante años se le ha asociado exclusivamente a la promoción de un envejecimiento saludable. Ahora, gracias a los avances de la ciencia, sabemos que caminar no es suficiente.
La evidencia científica nos orienta hacia nuevas pautas. Es muy necesario realizar ejercicios multicomponente, que trabaja la fuerza, equilibrio y la resistencia. Hay que trabajar la musculación.
Ejercicios como levantarse y sentarse de una silla, o hacer pesas pequeñas, son imprescindibles para potenciar la masa muscular, tan necesaria para contrarrestar la sarcopenia, que es la pérdida de músculo por inmovilidad que promueve el sedentarismo. Así también trabajaremos el equilibrio y la coordinación.
Programas de ejercicio guiados contra las consecuencias del envejecimiento
Desde el 2017, y de manera paulatina, el Servicio Murciano de Salud está poniendo en marcha un programa de 24 ejercicios guiados desarrollado mayoritariamente por enfermeras de Atención Primaria, y que se denomina OTAGO.
Se inició la implantación progresivamente en algunos centros de Atención Primaria, en las Área 5, 6, 7, 9, y en este último año ha tomado un gran protagonismo el Área 1, donde se han formado más de 24 enfermeras y la totalidad de fisioterapeutas de atención primaria.
Es un programa que promueve la realización de ejercicios de diferente intensidad, durante varias semanas, y organizadas es sesiones semanales. Los grupos los conforman mayores de 75 años.
El objetivo fundamental es prevenir los problemas de conlleva la inmovilidad y el sedentarismo, como pueden ser las caídas y la fragilidad. Es un programa muy prometedor que las enfermeras del Servicio Murciano de Salud han importado de experiencias previas de éxito en Nueva Zelanda, y que ya se está poniendo en marcha en algunas comunidades autónomas españolas.
En las consultas de geriatría
A nivel de la consulta especializada de geriatría en el hospital, tanto por el geriatra como del enfermero especialista en geriatría, se tiene muy claro que caminar no es suficiente para prevenir y abordar la fragilidad.
Para ello, y dependiendo de la situación de las personas mayores que acuden, se proponen ejercicios de distinta intensidad, de fuerza y resistencia, para que los realicen en su domicilio. El objetivo es la mejora funcional y física. Todas las personas mayores deberían interiorizar la realización de ejercicio físico como un tratamiento más, tal y como ocurre en otros países de nuestro entorno.
Por ello, antes de comenzar cualquier programa por su cuenta, debe consultar con su médico o enfermera de referencia, para evitar problemas inesperados y sacar el máximo partido a esta actividad tan necesaria.
CARMELO GÓMEZ Enfermero especialista en geriatría