Esperanza de vida y longevidad saludable

La esperanza de vida varía entre países y comunidades, siendo reflejo, en paralelo, de las condiciones de los niveles de desarrollo de una población dada. En el ranking de 2024, los siete países magníficos del planeta son: Mónaco, Singapur, Macao, Japón, San Marino, Canadá y Suiza. España ha retrocedido y ocupa el puesto 18.

Aunque en el año 2023 encabezábamos el ranking de la Unión Europea, por delante de Italia y de Malta, algo está ocurriendo porque mientras la mayor parte de los países europeos, sobre todo los más occidentales, siguen aumentando su esperanza de vida, la de España se ha estancado.

Aumento de la esperanza de vida

En un siglo, la esperanza de vida humana ha aumentado 40 años. Este incremento se debe a la aplicación directa de los avances tecnológicos y de la investigación biomédica a la vida cotidiana. La inversión en ciencia y tecnología ha brindado la posibilidad no solo de mejores servicios sanitarios, sino de medidas de prevención y de mejoras en el tratamiento de enfermedades que hace más de 50 años eran causa irremediable de mortalidad infantil.

Sobre todo en los países más industrializados, la medicina y los cuidados de enfermería han hecho que se pueda prolongar la vida durante muchos más años. Sin embargo, como a veces no se acompaña de calidad de vida excelente, la cuestión que se plantea es si con la ciencia médica únicamente estamos aumentando los años de vida, sin otorgar calidad de vida, sana y completa, a esos años de más.

Brecha de género en la esperanza de vida

Aunque tradicionalmente, las mujeres han tenido mayor esperanza de vida que los varones, viviendo unos 5 años más (denominada brecha de género de la longevidad), este dato está cambiando. El Instituto Nacional de Estadística muestra que, si bien la esperanza de vida al nacimiento sigue manteniendo esa diferencia, al cumplir años se va reduciendo, llegando a menos de 3 años a los 65 años.

Si no cambian los hábitos de vida, esta diferencia de esperanza de vida entre mujeres y varones va a ir disminuyendo, ya que, en décadas anteriores, los varones, además de enfermedades profesionales y de estrés emocional por la competitividad, tenían conductas y hábitos de vida no saludables, como abuso de alcohol y tabaco.

Pero en los últimos años los hábitos de vida de los varones han mejorado y, lamentablemente, muchas mujeres han adoptado ritmos de vida más estresantes y no saludables.

Estilos de vida

Para vivir más años con salud física, psíquica y social, se deben seguir unas pautas. Algunas normas son en negativo: evitar el alcohol, el tabaco, la obesidad y el estrés. Pero la mayor parte son en positivo: beber agua y líquidos, practicar ejercicio diario, dormir adecuadamente, mantener una dieta equilibrada, seguir los consejos de profesionales sanitarios y chequeos médicos, y tener una vida social activa.

Si se consigue este equilibrio, se cumplirán las predicciones más halagüeñas, como que una mujer nacida en 1970, cuando cumpla 65 años, tendrá una esperanza de vida de 35 años, viviendo hasta los 90 años, con buena calidad de vida. Por tanto, no es solo cuestión de retrasar la mortalidad, sino también de reducir la morbilidad. Disfrutar una vejez saludable exige que hayamos cultivado estilos de vida de longevidad ventajosa y exquisita.

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