Detectar un problema de visión en los más pequeños puede ser complicado, porque ellos no se dan cuenta de que no ven bien. Inmaculada Hernández-Ardieta, óptico-optometrista y gerente de Óptica Carthago Visión en Cartagena, nos comenta que, entre las señales de alarma que hay que vigilar en los niños destaca acercarse mucho a la lectura, a la televisión o a los dispositivos electrónicos mientras se usan, tardar mucho en leer o que el niño refiera dolor de cabeza.
Las nuevas tecnologías han provocado un aumento en los casos de miopía entre los más pequeños. Inmaculada Hernández-Ardieta recuerda que es fundamental realizar una primera revisión a los niños a los cuatro años y después, cada año o año y medio para poder detectar a tiempo los problemas visuales.
Frenar la miopía en niños
En caso de detectarse a edades tempranas, en Óptica Carthago Vision disponen de varios sistemas para frenar el avance de la miopía. En primer lugar, la ortoqueratología, un tipo de lentilla que se usa durante la noche y que tiene efectos durante el día siguiente, corrigiendo la miopía y disminuyendo su posible aumento.
También disponen de lentes de contacto blandas de uso diario que frenan el avance de las dioptrías, así como cristales específicos para este objetivo que se pueden usar de manera autónoma o combinarse con las lentes de contacto.
Si no se revisa la vista de los niños, el pequeño puede desarrollar ambliopía (ojo vago) “Puede pasar que por un ojo vea el 100% y por el otro un 70%, pero no se dan cuenta de esa diferencia porque no se suelen tapar un ojo para comprobarlo. Si se detecta a tiempo, hay que ponerle solución para que el ojo que ve el 70% se desarrolle y no se quede en un ojo vago”, concluye Inmaculada Hernández-Ardieta
Fondo de ojo
Del mismo modo, Óptica Carthago Visión dispone de un retinógrafo para realizar fotografías del fondo del ojo sin necesidad de dilatar la pupila. Gracias a su tecnología solo es necesario que el usuario espere media hora en el centro, a oscuras, para que el ojo se dilate de manera natural y poder realizar una foto de la retina sin dilatar la pupila y sin que el usuario vea borroso horas después de la dilatación. A través de esto se ve la zona macular y el nervio óptico, pudiendo detectar así un glaucoma, degeneración macular asociada a la edad, etc. Posteriormente, si existe patología, se deriva al oftalmólogo presencial.