Las personas con problemas de salud mental tienen más riesgo de sufrir ‘pobreza farmacéutica’

El 70% de las personas que no pueden comprar su medicación por falta de dinero tienen entre 40 y 69 años, y esta situación afecta por igual a hombres y a mujeres

Se entiende que una persona sufre pobreza farmacéutica cuando deja de tomar una medicación recetada por un sanitario debido a motivos económicos. Para contrarrestar esta situación nació el Banco Farmacéutico. Javier Vinzia, su director, advierte de que, a nivel nacional, el 70% de las personas que acudieron solicitando su ayuda tenían entre 40 y 69 años. En términos de género, tanto hombres como mujeres sufren pobreza farmacéutica casi en la misma proporción.

De ambos datos se puede deducir que la pobreza farmacéutica es una situación de crisis que atraviesa un amplio sector de la población (afecta a casi 2 millones de personas en España, según el último barometro sanitario del CIS) y que no distingue entre edades o géneros.

Las patologías más afectadas por la pobreza farmacéutica

Entre lo que sí parece distinguir la pobreza farmacéutica es entre patologías. “En lo que se refiere a medicación pagada por Banco Farmacéutico, destaca un 35% de medicamentos para el sistema nervioso, más concretamente los vinculados a la salud mental y el dolor”, apunta Javier Vinzia.
Esto se puede deber, explican desde el Banco Farmacéutico, a que los medicamentos asociados a la salud mental son más caros que otros para otras patologías y algunos de ellos no están financiados por el Sistema Nacional de Salud.

Esta ayuda se presta a través del Fondo Social del Medicamentos, en colaboración con los centros de salud de las comunidades autónomas en las que está presente, así como el Fondo Social de Entidades, en el cual son las entidades sociales quienes detectan las personas en riesgo de pobreza farmacéutica.

La labor del Colegio de Farmacéuticos de Murcia

A pesar de que el Banco Farmacéutico no está todavía operativo en nuestra comunidad autónoma, el Colegio de Farmacéuticos de la Región realiza diversas acciones para paliar la existencia de la pobreza farmacéutica.

Ejemplo es el convenio del Colegio de Farmacéuticos de la Región y el Ayuntamiento de Cartagena, mediante el cual se facilita el acceso a medicamentos a personas en riesgo de exclusión.

Este convenio de colaboración permite que las farmacias adelanten los tratamientos a personas en situaciones de necesidad derivadas por los Servicios Sociales Municipales. Gracias a este acuerdo, el farmacéutico dispensa la medicación prescrita sin que el beneficiario derivado por los Servicios Sociales deba abonar ninguna cantidad, que es asumida por el Ayuntamiento.

Para la presidenta del Colegio de Farmacéuticos, Paula Payá, este acuerdo “asegura que los más vulnerables puedan dar continuidad a sus tratamientos farmacológicos, lo que redunda en beneficio de su salud”.

“Las dificultades económicas no pueden ser un obstáculo para que los ciudadanos puedan disponer de los medicamentos necesarios para tratar sus problemas de salud”, ha insistido Paula Payá, quien ha reconocido la ‘sensibilidad’ del Ayuntamiento de Cartagena y la “colaboración prestada” por los farmacéuticos para ayudar a las personas más necesitadas.

En Molina de Segura también existe un acuerdo entre el Ayuntamiento y el Colegio de Farmacéuticos para regular la colaboración técnica entre ambos para el desarrollo del suministro de tratamientos farmacológicos a personas que lo precisen, y que carezcan de medios para su adquisición, a través de los programas municipales de asistencia social.

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