El Ministerio de Sanidad ha recuperado una de las propuestas del Plan Antitabaco de 2021, que contempla prohibir fumar en las terrazas de los establecimientos de hostelería como pueden ser bares, cafeterías o restaurantes. Esta medida incluiría tanto cigarrillos como otros modos de fumar.
Uno de los motivos que ha llevado a tomar este camino es que está demostrado que el tabaco contiene más de 4.500 sustancias, de las cuales más de 50 son cancerígenas. Además de eso, el humo contiene también arsénico, cianuro, amoniaco, monóxido de carbono, y otros compuestos que son tóxicas para el organismo.
A este respecto, el doctor José Andújar, jefe de la Sección de Neumología dentro del Servicio de Neumología del hospital de la Arrixaca de Murcia, explica que en estos espacios, aunque sean al aire libre, se pueden alcanzar cifras de hasta 5 microgramos de nicotina por metro cuadrado. “Cuando el nivel de nicotina supera los 2,3 microgramos de nicotina por metro cuadrado, el riesgo de cáncer tiene una incidencia de 3 por cada 10.000 personas”, advierte el neumólogo.
Este riesgo no solo afecta a las personas fumadoras, sino a los conocidos como fumadores pasivos. “El tabaquismo pasivo – insiste el doctor José Andújar – causa la muerte de 2.250 personas cada año, e incrementa entre un 20 y un 30% del riesgo de una enfermedad coronaria y de cáncer de pulmón. Los niños, por supuesto, son mucho más sensibles al humo del tabaco, de manera que puede producirles una hiperactividad bronquial por la inmadurez que tienen los pulmones de los niños, así como infecciones respiratorias y otitis”.
Trabajadores expuestos
Otro grupo especialmente expuesto al tabaquismo pasivo son los trabajadores. Silvia Martínez, coordinadora de programas de prevención de la Asociación Española Contra el Cáncer en la Región de Murcia, explica que “ya no se trata de que la gente que no quiere estar expuesta al tabaco no vaya a las terrazas, es que los camareros se pasan todo el tiempo que dure su turno en la hostelería respirando ese humo”.
Más que cáncer
Aunque el humo del tabaco es conocido por sus efectos cancerígenos, también puede ser el ‘vehículo’ de entrada al organismo de virus y bacterias. Además, advierte el doctor José Andújar, “no es solo el humo que permanece en el ambiente, hay una parte del humo que se adhiere a la superficie de mesas y sillas y, a través de la mano que se lleva a la boca, se pueden introducir en el organismo las sustancias tóxicas”.
Sobre la distancia a la que debemos estar de un fumador para que su humo no nos impacte, los estudios apuntan a un mínimo de 7 metros, por lo que levantarnos de la terraza y alejarnos uno o dos metros para fumar los cigarrillos no sería suficiente.
Las colillas de los cigarrillos
¿Y qué pasa una vez se apagan los cigarrillos? Silvia Martínez advierte de que el peligro a una exposición de agentes cancerígenos continúa incluso después de apagar los cigarrillos, ya que “existen evidencias de que la colilla de cigarro, después de apagada, está 24 horas soltando la nicotina y los diferentes componentes cancerígenos del tabaco. Este es otro motivo por el que las terrazas de los bares son protagonistas porque son zonas donde se acostumbra a tirarlas al suelo”.
Cigarrillos no, pero ¿y vapeadores?
En 2020 la Unión Europea prohibió la comercialización de tabaco mentolado, ya que su sabor favorecía el hábito tabáquico, especialmente entre los más jóvenes. Pero en los últimos años han proliferado otras alternativas que se postularon como menos nocivas, con sabores más agradables, pero que resultan ser dañinas para el organismo.
Entre ellas, destacan los vapeadores o cigarros electrónicos que, advierte Silvia Martínez, llegan a consumirse a edades tan tempranas como los doce años o a ser usados, incluso, como regalos de comunión.
La realidad es que “los cigarrillos electrónicos tienen una serie de efectos tóxicos y producen enfermedades cardiovasculares, tienen acciones cancerígenas, provocan también patología respiratoria crónica y un aumento de la susceptibilidad a la infección, ya que producen una alteración del sistema inmunitario y de los mecanismos de defensa”, asegura el jefe dela sección de neumología del hospital de la Arrixaca.
Leyes más duras
Tanto desde la Asociación Española Contra el Cáncer como desde los diferentes servicios de neumología de los hospitales, están a favor de que haya una evolución de la normativa para reducir el hábito tabáquico.
El doctor José Andújar apuesta por “un empaquetamiento neutro que no tenga color en imágenes ni logotipos y que no haya información. También subir el precio del tabaco un 10% reduciría un 8% el hábito tabáquico en jóvenes y un 4% en adultos, y tener mecanismos de control y seguimiento para evitar esa publicidad encubierta en redes sociales y plataformas. Y pensamos que tiene que haber impuestos para cigarrillos electrónicos”.
Trucos para dejar de fumar y no recaer
Clínica Mayo, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, recoge 10 formas de resistir el deseo de fumar:
- Terapia de reemplazo de nicotina. Pregunta a tu médico por alguna de estas opciones: Atomizador nasal o inhalador con nicotina bajo receta médica; parches, chicles y pastillas de nicotina de venta libre; medicamentos sin nicotina para dejar de fumar con receta médica.
- Evitar los factores desencadenantes. El deseo por consumir tabaco probablemente sea más fuerte en los lugares en los que fumabas o mascabas tabaco con más frecuencia, como en fiestas y bares, o en los momentos en que te sentías estresado o tomabas café. Averigua cuáles son tus desencadenantes y ten un plan que te permita evitarlos o enfrentarlos sin consumir tabaco.
- Retrasar el deseo. Si sientes que no vas a poder resistir el antojo de fumar, dite a ti mismo que primero debes esperar otros 10 minutos. Luego, algo para distraerte en ese tiempo. Trata de ir a un lugar público donde esté prohibido fumar.
- Masticar algo. Dale a tu boca algo que hacer para resistir un antojo de tabaco. Mastica chicle sin azúcar o pastillas. O bien, come zanahorias crudas, frutos secos o semillas de girasol; algo que sea crujiente y satisfactorio.
- Realizar actividad física. La actividad física puede ayudar a distraerte del antojo de consumir tabaco. Incluso hacer actividad durante un breve período, como subir y bajar corriendo las escaleras varias veces, puede hacer desaparecer este antojo.
- Probar técnicas de relajación. Fumar puede haber sido tu manera de lidiar con el estrés y luchar contra el antojo de fumar también puede ser estresante. Para reducir el estrés, prueba con técnicas de relajación, como la respiración profunda, la relajación muscular, el yoga, la visualización, los masajes o escuchar música tranquilizadora.
- Descartar la idea de ‘solo uno’. Para calmar el antojo de fumar, podrías verte tentado a fumar un solo cigarrillo. Pero no te engañes y creas que con eso será suficiente. Lo más probable es que un cigarrillo te lleve a otro y termines fumando como antes.