El 18 de noviembre se celebra el Día Europeo del Uso Prudente de los Antibióticos. Elisa Escudero, catedrática de Farmacología en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, explica cuál es el riesgo por el abuso de estos medicamentos y el papel de los veterinarios en su control.
SALUD21: ¿Por qué es importante concienciar a la población del uso prudente de los antibióticos?
ELISA ESCUDERO: La aparición y propagación de las infecciones causadas por bacterias que son resistentes al tratamiento con antibióticos constituye una de las amenazas más graves a las que se enfrenta la salud pública, y supone uno de los retos más importantes para la medicina moderna.
La resistencia bacteriana puede ocasionar tratamientos ineficaces, prolongar la duración de las enfermedades y aumentar los costos de atención médica. Además, puede llevar a un mayor riesgo de propagación de infecciones resistentes a los antibióticos.
Pese a que la resistencia antimicrobiana es un proceso evolutivo natural, el abuso e incorrecta utilización de los antibióticos en medicina humana, veterinaria y en agricultura, ha favorecido y acelerado el desarrollo, selección y la evolución de la resistencia en las últimas décadas.
Pero todos tenemos parte de responsabilidad, puesto que como pacientes y en caso de tener que tomar antibióticos, el cumplimiento estricto de la pauta posológica prescrita por los profesionales sanitarios es imprescindible para no dar oportunidad a las bacterias a que desarrollen resistencias ante estas valiosas armas terapéuticas.
S21: ¿Cuál es el papel del veterinario en el control del uso de antibióticos?
E.E.: El uso de estos medicamentos en los animales, de igual forma que ocurre en humanos, debe estar regido por las instrucciones de un profesional autorizado (en este caso, un veterinario) que indicará las dosis e intervalos adecuados para la enfermedad a tratar, así como los tiempos de espera/supresión que garanticen la ausencia de residuos de estos fármacos en los alimentos de origen animal dirigidos al consumo humano.
Los veterinarios desempeñan un papel esencial en el control de la resistencia a los antibióticos en la salud animal. Su papel abarca varias áreas clave.
Entre ellas, destaca que los veterinarios son los profesionales que prescriben y administran antibióticos en la práctica clínica. Los veterinarios prescriben estos medicamentos de manera responsable y basada en diagnósticos precisos.
También tienen la responsabilidad de educar a los propietarios de animales sobre la importancia de seguir las indicaciones de los antibióticos, y de no usarlos sin la orientación de un profesional.
Por otra parte, juegan un papel muy importante en el diseño e implementación de programas de prevención de enfermedades en animales, fomentando, además, prácticas de manejo adecuadas en producción animal que minimicen y reduzcan la necesidad de tratamientos con antibióticos. Para ello, emplean métodos de diagnóstico precisos para identificar la causa de la enfermedad y determinar si hay que recetar antibióticos.
Asimismo, pueden contribuir a la investigación y desarrollo de nuevas terapias, métodos de diagnóstico y enfoques alternativos que reduzcan la presión sobre el uso de antibióticos, colaborar con otros profesionales de la salud humana, microbiólogos, y expertos en políticas de salud para abordar la resistencia a los antibióticos desde una perspectiva integral.
Los veterinarios deben seguir las normativas y regulaciones relacionadas con el uso de antibióticos en animales, contribuyendo a un uso más responsable y controlado. Tienen un papel imprescindible en la prevención del uso excesivo de los antibióticos y en el desarrollo de programas de salud pública.
S21: ¿Cuál es la manera responsable con el medio ambiente de tirar un antibiótico para no perjudicar a los animales ni al planeta?
La eliminación adecuada de medicamentos, incluidos los antibióticos, es crucial para evitar impactos negativos en el medio ambiente y en la salud de los animales.
Algunas pautas para desecharlos de manera responsable y respetuosa con el medio ambiente son: buscar farmacias o puntos de recolección de medicamentos caducados para su eliminación segura, incluso algunos fabricantes y laboratorios proporcionan pautas específicas sobre cómo desechar el medicamento de manera eficaz y sin riesgos; y no arrojar nunca en el inodoro, desagües o en la basura estos fármacos, pues los sistemas de tratamiento de agua o de residuos pueden no eliminarlos completamente, lo que puede tener impactos negativos en el medio ambiente.
