Para empezar a entender la complejidad de la psicopatía, comenzaremos por clasificarlos en dos grupos. Por una parte, se encuentran los psicópatas criminales que cometen actos delictivos y que suelen estar en el ámbito penitenciario. Y por otra parte, tenemos los psicópatas integrados, en los que nos centraremos en este artículo.
Podríamos definirlos como ‘malvados invisibles’, y son personas que viven integradas en la sociedad, y que incluso pueden ostentar puestos de éxito y poder. Dada su personalidad suelen tener un elevado estatus socioeconómico y profesional. El psicópata integrado puede ser tu jefe, tu padre, tu madre, tu hermana, tu hermano, tu vecina, tu amigo o tu pareja.
Algunas de las características de la personalidad psicopática son las siguientes:
- Encantadores y manipuladores.
- Narcisistas y egoístas.
- Impulsivos y con baja capacidad de autocontrol; buscan su satisfacción inmediata. Su necesidad de experimentar nuevas sensaciones los suele llevar al consumo de alcohol y otras drogas.
- Seductores, se valen de su poder de atracción sexual.
- Promiscuos e infieles como patrón continuado.
- Expertos mentirosos, negarán la realidad, aunque se le presenten pruebas de sus mentiras.
- Muestran un elevado nivel de crueldad e insensibilidad emocional; sin embargo, son grandes actores simulando emociones (incluso el llanto).
- Saben adaptarse a las situaciones para mostrar una imagen pública intachable.
- Muestran frialdad y falta de empatía absoluta cuando son desenmascarados y descubiertos.
- Se observa una ausencia de arrepentimiento, remordimiento, vergüenza o culpabilidad (la culpa siempre es de la víctima).
No es una enfermedad psiquiátrica tratable, es un tipo de personalidad anómala. Importante clarificar: no hablamos de psicoticismo, ya que son completamente conscientes de sus actos y sus consecuencias.
La realidad es que, tras esa brillante máscara de color, se oculta el vacío de la oscuridad y de un ser carente de emociones e incapaz de amar. Ejercen la denominada ‘violencia invisible’, un tipo de violencia principalmente psicológica y emocional, que consiste en cosificar a la víctima desde el engaño y la manipulación, y cuya finalidad es desestabilizarla y anularla, disfrutando de ello.
Es un proceso complejo de abuso emocional, ya que cuando la realidad es descubierta, el abusador se va a presentar como víctima de la situación, iniciando una campaña de difamación y desprestigio de la víctima real.
En pareja
En las relaciones de pareja las personas psicópatas definen a sus ex como ‘loca/os celosa/os’. El maltrato psicológico es continuo, puesto que disfrutan viendo a su ‘presa’ aniquilada, carecen de empatía y de cualquier tipo de sentimiento de culpabilidad o remordimiento y, en definitiva, de humanidad.
¿A quién eligen los psicópatas integrados?
No es azar, estudian a la víctima para conocer sus debilidades y actuar cual camaleón, presentándose como un ‘salvador’ que cubrirá sus necesidades afectivas; sin embargo, siempre va a buscar un interés y aprovechamiento, ya sea dinero, estatus…
Utilizan el refuerzo intermitente (ahora te doy cariño, ahora te lo quito y luego lo vuelvo a dar) para crear una especie de adicción que dificulta a la víctima el poder salir de ese círculo de engaño. La envidia es parte intrínseca de ellos, no toleran tener a su lado a una persona que brilla por las cualidades de las que ellos carecen.
En cifras
No sabemos cifras exactas, pero expertos como Iñaki Piñuel nos indican que uno de cada 100 personas es psicópata, siendo un 2-3% psicópatas puros y un 10-12% psicópatas integrados.
Según Piñuel, “la verdadera pandemia de nuestra sociedad es la de narcisistas y psicópatas”. Para profundizar en este tema os recomiendo leer los libros de este autor, ‘Amor zero’ y ‘Familia zero’.
Hay que aclarar algo importante: la terapia psicológica no funciona con ellos; es, al contrario, utilizada para aprender nuevas formas de manipulación. NO van a cambiar; mi consejo es que si tienes este tipo de personalidad cerca: “Huye, aléjate, contacto zero; la oscuridad envidia la luz, no dejes que nadie te la robe, eres luz”.
