La oftalmología veterinaria es una especialidad que, aunque aborde una parte pequeña del cuerpo del animal, exige un alto nivel de especialización. “No es lo mismo los ojos de un reptil que el de un mamífero, y dentro de los mamíferos no es lo mismo el ojo de un perro que de un gato. Incluso, dentro de las especies, existen las razas, lo que hace que sea aún más específico el conocimiento”, indica Mª Carmen Tovar, veterinaria especializada en oftalmología.
En torno a la oftalmología veterinaria y las patologías que aborda existen algunos bulos que la veterinaria Mª Carmen Tovar quiere desmentir:
- Internet tiene respuestas. A menudo las personas tienden a recurrir a internet para buscar qué le pasa a su mascota en los ojos. “Esto es un riesgo de autodiagnóstico y casi nunca va a tener una respuesta correcta”, advierte la veterinaria.
- El agua de manzanilla cura. Este remedio, usado históricamente para descongestionar y desinflamar, puede ser útil “pero no cura – asegura la veterinaria -, y si tu animal tiene inflamación o congestión, hay que tratar la causa y no la consecuencia”.
- Puedo usar mis medicamentos. “A veces la gente cree que un medicamento que le ha servido a él, puede también servirle a su mascota. Esto es muy peligroso porque la automedicación es una práctica de riesgo también en los animales. Además, los medicamentos oftalmológicos casi siempre se tienen que desechar después de usarse, porque tienen un tiempo de caducidad muy corto y se contaminan muy fácil”, explica Mª Carmen Tovar.
El tiempo es oro
“En oftalmología veterinaria el tiempo es fundamental para tratar las patologías. La dificultad está en que el animal no va a decirnos que le duele un ojo o que sienten molestias. Por eso es importante que el dueño esté atento y acuda al veterinario ante la menor sospecha para evitar daños permanentes en la vista del animal”, apunta la veterinaria. Entre las señales de alarma de que nuestra mascota podría tener un problema ocular, enumera:
- Guiña los ojos. Si vemos que nuestra mascota abre menos los ojos o los guiña, puede ser indicador de que tiene alguna molestia.
- Demasiado lagrimeo. Que el ojo de nuestro animal llore demasiado también es una señal de alarma de una posible enfermedad ocular.
- Cambios en el carácter. Si a nuestro animal le duele o le molestan los ojos, es posible que cambie su carácter y se encuentre más arisco que de costumbre.
Alimentación y salud en los ojos
La alimentación es otra fuente de bulos en el mundo animal. Sobre este tema, continúa la veterinaria, “debemos descartar cualquier alimento cocinado o procesado. Los animales deben comer solo pienso o comida húmeda. Existen infinidad de opciones para asegurarnos de que cumplan con los requisitos nutricionales de nuestra mascota. Y si queremos darle algún premio, como zanahorias o manzanas, lo mejor es consultarlo con el veterinario antes de hacerlo”
¿Cómo ven los animales?
Una pregunta recurrente en las consultas veterinarias es si perros y gatos ven los colores. La veterinaria experta en oftalomología, Mª Carmen Tovar, nos resuelve la duda.
Los responsables de que las personas y otros animales tengamos la capacidad de ver en color, son un tipo de células que se encuentran en la retina: los conos.
La visión se puede clasificar en función de los tipos de conos. La monocromática solo tiene 1 tipo de cono; dicromática 2 tipos de conos; tricromática 3 tipos de conos, sería el caso del hombre y los primates; tetracromática 4 tipos de conos y la poseen algunas aves, reptiles y peces.
Los carnívoros presentan una visión dicromática con dos tipos de conos: unos son sensibles al azul índigo y otros al amarillo verdoso. Por lo que no son capaces de diferenciar el verde, amarillo, naranja o rojo. Sin embargo, pueden diferenciar mejor los tonos de gris.
Los rumiantes son dicromáticos con conos de máxima sensibilidad a la luz amarillo-verdosa y azul purpúrea. Por lo general, ven toda la gama de colores que va del verde al azul, pero no pueden apreciar el rojo.
La capacidad de visión de las aves es de 2 a 8 veces mayor a la del hombre, pudiendo apreciar colores vetados para nuestros ojos. La mayoría de las aves son tetracromáticas, poseen conos sensibles a la luz ultravioleta (imperceptible para el ojo humano). Además, presentan conos sensibles al rojo, al verde y al azul. Una excepción son las palomas, que tienen un pigmento adicional y, por lo tanto, son pentacromáticas.
Las aves nocturnas requieren adaptaciones de la visión que incluyen gran tamaño del ojo, su forma tubular, gran número de bastones y la ausencia de conos, dado que la visión de color es innecesaria en la noche. La retina contiene una capa reflectante que incrementa la cantidad de luz que cada célula fotosensible recibe, permitiendo al ave ver mejor en condiciones oscuridad, como los búhos, lechuzas o mochuelos.