El suicidio se puede prevenir

Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es un grave problema de salud pública que conlleva consecuencias de gran calado tanto a nivel social, como emocional y económico. Más de 700.000 suicidios al año en todo el mundo justifican la necesidad de luchar por combatir el estigma asociado y concienciar a organizaciones, administraciones públicas y sociedad general de que el suicidio puede prevenirse.

‘Crear esperanza a través de la acción’ es el lema trienal del Día Mundial para la Prevención del Suicidio de 2021-2023. 

Este tema sirve como una poderosa llamada a la acción y como recordatorio de que hay una alternativa al suicidio, y de que a través de nuestras acciones podemos alentar la esperanza y fortalecer la prevención.

A continuación, quiero compartir con vosotros el testimonio de Chiqui, activista en salud mental y miembro del equipo de Mucho + Que Voluntarios de Fundación SOYCOMOTU. Un testimonio que ella ha querido titular:

El camino de las flores amarillas

Cuando tienes el convencimiento de que tu vida ha dejado de tener valor y te obligan a seguir viviendo, luchas por muchas cosas. Luchas por tus hijos, por el amor de tu vida, por tus amigas, pero, al final, nunca es por ti.

Tú quieres dejar de sufrir y luchas contra todo y contra todos. Que no te duela más, que no tengas que ir más al médico ni tener que demostrar nada más a la administración, ni tampoco a esas personas de tu propio entorno, mal llamados familia o amigos que, a veces, insisten en decir que esto no es nada, que lo que quieres es llamar la atención o que simplemente estás loca.

Esta es la realidad de muchas personas que hemos pensado alguna vez en el suicidio. 

No queremos hacer daño, queremos que nos dejen de hacer daño. No queremos morir, queremos dejar de vivir en la desesperanza.

Queremos dejar de tomar tantas pastillas que nos causan tantos efectos secundarios, que las noches no sean eternas y no tener que luchar contra una burocracia interminable. 

Que nos echen de urgencias porque una pastilla puede distraer nuestra mente hasta la próxima cita del psiquiatra.

Queremos tener un trato digno, con protocolos eficaces y un seguimiento para que la vida deje de ser, a veces, una cárcel llena de monstruos con una sola salida. En definitiva, queremos flores en el camino, y no en la tumba.

M Nieves Martínez-Hidalgo
M Nieves Martínez-Hidalgo
Doctora en Psicología, psicóloga clínica, directora de Fundación SOYCOMOTU®

Comentarios sobre este artículo

Podcast programa de radio Cita con la Salud - Radio Compañía

Descargar última edición impresa

Síguenos en nuestras redes

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Últimos artículos