La enfermería recuerda: en verano debemos extremar la precaución con los más pequeños

El Colegio de Enfermería de la Región de Murcia recuerda que las altas temperaturas, las intensas horas de sol y los baños se convierten en factores de riesgo para los más pequeños lo que nos debe obligar a extremar las precauciones para evitar accidentes que pueden tener un trágico final

Según datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, en los seis primeros meses de este año se han registrado 61 ahogamientos en espacios acuáticos en nuestro país y, de ellos, 12 corresponden a personas fallecidas con edades comprendidas entre los 0 y 17 años

El Colegio insiste en la importancia de estar muy pendientes de los más pequeños y bañarse con ellos siempre que sea posible porque los niños pueden ahogarse en superficies muy poco profundas y, por este motivo, es recomendable que aprendan a nadar desde temprana edad

Además, desde el Colegio Oficial de Enfermería de la Región de Murcia se recomienda que un niño de menos de 4 meses de vida no se bañe en la playa o en la piscina. A partir de los 6 meses, pueden hacerlo en el mar y entrar en las piscinas siempre que tengan filtro de sal y no cloro. A medida que van creciendo, hay que controlar que el cloro esté en la proporción adecuada y que el baño no suponga un riesgo para la salud

Sistemas de protección para los más pequeños

En cuanto a los sistemas de protección para los más pequeños, todos los elementos que encontramos en el mercado pueden utilizarse siempre que haya una vigilancia de un adulto. Así, en el caso de los hinchables y churros, los menores solo deberían usarlos en piscinas y siempre que puedan apoyar perfectamente la planta de los pies sin perder el equilibrio y hundirse; los manguitos, tienen como inconveniente que dejan poca movilidad al niño y pueden producir rozaduras; las burbujas no deben ser utilizadas por menores de 2 años por el riesgo de que pueda darse la vuelta.

Situación de ahogamiento en pequeños y mayores

Por otra parte, cuando se produce una situación de posible ahogamiento, el Colegio de Enfermería hace hincapié en que el primer paso debe ser avisar a los servicios de salvamento y no correr riesgos innecesarios que pueden poner en peligro la seguridad de la persona que intenta socorrer al bañista. Solo si es posible, podemos intentar lazar un elemento de ayuda (flotador…) que pueda servir para agarrarse a la persona que está en peligro y de esa manera poder arrastrarlo hasta un lugar seguro

Así mismo, cuando se produzca una pérdida de conciencia del bañista, desde la institución colegial se aconseja acercar a la persona a una superficie plana, comprobar su respiración y si no respira, hacer insuflaciones y seguir con una reanimación cardiopulmonar si es preciso. Si respira, colocarlo en posición lateral de seguridad.

Golpes de calor y protección solar

Las altas temperaturas veraniegas son el origen de la lesión más grave que puede sufrir una persona por el calor. El cuerpo sufre una hipertermia, shock térmico o subrecalentamiento, debido principalmente a las altas temperaturas y la falta de hidratación hace que algunos órganos dejen de funcionar como lo harían de forma regular.

El Colegio explica que entre los signos más evidentes que pueden llevarnos a identificar el golpe de calor en una persona, además de la temperatura muy alta por parte del afectado, destacan los vómitos, pérdida de conciencia, síntomas de debilidad, dolor de cabeza, sequedad y enrojecimiento de la piel, no orinar, hiperventilación o ausencia de sudor. Ante estos síntomas, es urgente ser atendido por un profesional sanitario.

Por otro lado, recuerda que hay grupos de riesgo muy vulnerables a este tipo de situaciones como son los bebés y personas mayores, enfermos con afecciones crónicas o personas con sobrepeso. La gravedad que puede llevar aparejada un golpe de calor, hace necesario concienciar de la importancia de estar siempre muy bien hidratado, no exponerse a las altas temperaturas o evitar el ejercicio físico en la calle bajo estas condiciones de calor.

Finalmente, también el Colegio de Enfermería advierte de la importancia de no exponernos al sol sin protección para evitar quemaduras que pueden llevar a consecuencias fatales. La piel tiene memoria y, ante el deseo de muchas personas de broncearse en la época estival, siempre debe hacerse utilizando cremas altamente protectoras. Además, insiste en que estas cremas no deben ponerse solo una vez porque la duración de su efecto no es permanente. Es preciso repetir la aplicación después de cada baño porque desparecen de la piel y nunca olvidar que tienen fecha de caducidad.

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