El premio Nobel de Medicina de 1929 se otorgó de forma compartida a los profesores Christiaan Eijkman y Frederick Gowland Hopkins por intuir que en la dieta existían compuestos necesarios para el correcto crecimiento y funciones de los seres vivos, y que su carencia condicionaba la aparición de enfermedades. Esos compuestos son las vitaminas.
El profesor Eijkman, médico holandés, observó cómo solo las gallinas que tomaban arroz integral, con cáscara, estaban sanas, y las que tomaban arroz sin cáscara desarrollaban patología neurológica (beriberi en humanos). Dedujo que la cáscara del arroz contenía alguna sustancia esencial.
Asimismo, el profesor Hopkins, bioquímico y médico formado en la Universidad de Londres, pero trabajando en la Universidad de Cambridge, durante la primera guerra mundial ayudó al gobierno inglés a racionar las pitanzas de forma saludable, eligiendo aquellas de valor nutricional. Previamente había descubierto que ciertos alimentos, como la leche, eran imprescindibles para el correcto crecimiento.
Aminas vitales
Vitamina es un término acuñado por el bioquímico polaco Kazimierz Funk en su libro ‘Las vi- taminas’. Funk, tras leer los hallazgos de Eijkman aisló un compuesto químico, que contenía un grupo amina, e inventó el término vitamina como las aminas que dan la vida o aminas vitales.
Las vitaminas son un grupo de moléculas orgánicas, nutrientes irremplazables para el correcto funcionamiento de las células y del organismo. Son imprescindibles durante el crecimiento y el desarrollo desde la concepción (también intraútero), y son necesarias durante toda la vida para mantener la energía y para el equilibrio emocional.
Desde la prehistoria, la cultura popular sabe que el secreto de una dieta saludable es la variedad. Sin embargo, solo hace unos 300 años que se identificó que la posible causa de que en las largas travesías en altamar, los marineros enfermaran y murieran, era porque solo disponían de dietas monótonas y desarrollaban déficit de vitamina C, causa del escorbuto.
El cuerpo no sintetiza vitaminas
El cuerpo humano no sintetiza las vitaminas. Por ello, se deben ingerir en la dieta. Además, es imprescindible tomar una alimentación variada ya que ningún alimento contiene todas las vitaminas, y para una vida saludable las necesitamos todas.
La ausencia de vitaminas durante largo tiempo se denomina avitaminosis y provoca muy diversas pato- logías. No obstante, las cantidades de vitaminas que necesitamos no es alta, pero si la suficiente y necesaria. Por el contrario, el exceso de vitaminas provoca hipervitaminosis, que también es deletérea para el organismo. El secreto radica en el equilibrio.
Vitaminas en el envejecimiento
El aporte suficiente de vitaminas es necesario a todas las edades, pero en el proceso de envejecimiento es preciso y vital para mantener una correcta función cerebral y de todos los órganos y sistemas. Es de especial interés en la neurodegeneración la activación del sistema inmune. Así, por ejemplo, las células más pequeñas del sistema nervioso, la micro- glía, que regula los procesos cerebrales inflamatorios, tiene receptores de vitaminas, sobre todo receptores de vitamina B3 o niacina.
Se ha descrito que adultos que han consumido alimentos ricos en niacina durante su adolescencia y durante la edad adulta, así como los tratamientos con vitamina B3 en modelos animales de demencia, se mejoran y mantienen las respuestas mnésicas (de memoria). Aunque pensar en tratamientos humanos con niacina precisa de más investigación, es interesante saber que la vitamina B3 se encuentra en el pescado, en la carne de ternera, en el pollo y en los cereales integrales.
Para mantener los niveles adecuados de aminas vitales se debe seguir una dieta sana, variada y equilibrada.